Hay momentos en los que el trabajo supone la salvación para una mente hiperactiva. No tan lejano queda aquella época en la cual adoraba los momentos que pasaba en la universidad, pues las buenas compañías, las clases y el laboratorio eran un alivio infinito contra la tortura soportada por las tardes a manos de mi propia mente. El ocio es sin duda la gran medicina cuando nuestra mente no desea descansar, empeñada en desgarrarnos el alma con desesperación autoalentada. Pues a veces basta un pequeño pensamiento desagradable, un sentimiento triste o mísero, enfado o desesperación para que entremos en una espiral de pensamientos negativos que nos empujan hacia un abismo sin fondo, del que difícilmente se puede escapar. Probablemente lo que pensemos sea todo una tontería, fruto de la distorsión que el dolor impone a la realidad. Pero una vez perdido en el laberinto de nuestra mente poca lógica queda a nuestro alcance. Por eso es importante atajar de raíz estos momentos. Por eso hay que plantarse ante nuestra mente y negarnos a colaborar. Es siempre demasiado fácil dejarse llevar, pero siempre me he preguntado lo mismo: qué sentido tiene deprimirse sin razón de peso alguna? Qué sentido tiene enfadarse con aquellos que no tienen culpa de nada? Qué sentido tiene darle vueltas en la cabeza a algo que no tiene tanta importancia como tu mente te hace creer? En estos momentos siempre agradezco esas actividades que ocupan mi mente, impidiendo que se haga fuerte en mi cabeza y se apodere de mi corazón. Dejar suelta a tu mente puede que te produzca un alivio momentáneo, pero a la larga resultará en la degradación de todo lo que te es querido. Torturarse a uno mismo es una de las acciones más estúpidas pero por desgracia a la vez más seductoras que existen. Ya sufrí meses por no ser lo suficientemente fuerte para resistir. No pienso volver a caer en tu trampa mente, pues ahora tengo mucho más en lo que apoyarme. Yo te gobierno, no lo olvides.
By Natalie Kantaris-Diaz (http://www.endocytosis.org/ImaginingTheBrain/NeuroArt2010/gallery.html) |
Muack muack y remuack
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