sábado, 4 de octubre de 2014

Atardeceres

Creo que todos conocemos que los atardeceres son uno de los momentos más mágicos y hermosos del día. Durante mi Erasmus tuve la oportunidad de contemplar un precioso espectáculo, con el sol a un lado del cielo y la luna en el lado opuesto, el cielo convertido en un colorido cuadro separado en dos mitades que luchaban por dejar su huella en el lienzo azul. Fue un mágico momento que dudo mucho que pueda llegar a olvidar.

Ayer, subiendo y bajando por nuestra accidentada costa, volví a tener la oportunidad de vivir un mágico atardecer, en esta ocasión siendo tanto el cielo como la tierra parte de una exquisita obra que dejó una profunda huella en mi interior. A mi izquierda las verdes campas cubriendo todo cuanto la vista alcanzaba, a mi derecha el mar azul extendiéndose hasta el horizonte y uniendo ambos paisajes playas y acantilados adornando la breve transición entre tierra y mar, mientras la bruma marina lentamente se dirigía tierra adentro difuminando el paisaje con su manto blanco. Y entonces el sol cae, el intenso verde se apaga, el brillante azul se oscurece, el blanco adquiere tonos grisáceos y todo el paisaje queda eclipsado por un horizonte ardiendo en el fuego del astro que por un día más se retira a dormitar. Y yo desde un alto en el camino me estremezco al ser testigo de tan hermoso momento.

Dicen que la felicidad proviene de los pequeños momentos. Seguramente sea cierto ya que ayer, durante un breve momento, fui eternamente feliz.

Foto sacada de internet

viernes, 12 de septiembre de 2014

Duke Pitchforks

Nuevo descubrimiento musical: un grupo de jóvenes regalando hermosas melodías usando solamente su voz. Una canción que no puedo dejar de escuchar, que me hace estremecerme con una intensidad abrumadora, que me transporta a una dimensión desconocida donde sumergirte en un mar de notas que acarician suavemente tu alma.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Reminiscencias

Hace poco menos de un mes creé una página de facebook para el blog. He decidido aprovechar la oportunidad para rememorar viejos tiempos, volver a leerme todas las entradas publicadas desde el comienzo y compartir aquellas más hermosas o que más han significado para mí, comentadas desde el conocimiento actual. Básicamente será una selección en la que poder encontrar las entradas que realmente merecen la pena, de otra manera ocultas entre tanta paja. La verdad es que es curioso releer todo lo que hace unos años escribí. Hay entradas que recuerdo perfectamente, otras que parecía haber olvidado pero que vuelvo a descubrir con agrado, e incluso algunas de las que no tengo recuerdo alguno. Reconozco que a veces puede resultar un poco doloroso, ya que hay entradas que desentierran recuerdos felices y hermosas experiencias que por desgracia ya no volverán. Pero me gusta poder volver a sumergirme en esa época en la que la inspiración me seguía a todas partes y gracias a la cual creé preciosos escritos que a día de hoy me sorprenden gratamente, pues hace tiempo desde que me abandonó la inspiración y ya parecía haber olvidado lo fácil que me resultaba escribir años atrás. Quizás llegue el día en que las musas regresen a mi lado y una vez más sea capaz de canalizar todo lo que siento a través de palabras entrelazadas en una hermosa danza sin punto y final.

Para quien le pueda interesar, está es la dirección: https://www.facebook.com/miradadelavefenix

domingo, 24 de agosto de 2014

Música en la calle

Vivimos en una sociedad extraña. Nos pasamos la vida buscando lo bello y lo agradable, pero no podemos robar unos minutos de nuestro ajetreado día para disfrutar de las hermosas melodías con las que un músico impregna la calle por la que pasamos. Llegamos a pagar grandes cantidades por poder ver a artistas reconocidos sobre un escenario. Sin embargo, cuando artistas callejeros que aunque quizás con el mismo talento simplemente han tenido menos suerte, nos regalan un espléndido concierto sin pedir nada a cambio más que comprensión y la voluntad, seguimos nuestro camino sin siquiera imaginarnos la posibilidad de parar y dejarnos llevar por una música a la cual en otras circunstancias le habríamos dado nuestro tiempo y dinero sin ningún problema.

Yo lo reconozco, demasiadas veces lo he hecho. Pero hoy, hoy ha sido diferente. Al pasar por ese cruce no he podido evitar saborear las dulces notas que con suavidad se escapaban de ese violín. Como otras veces, he mirado el reloj y me he dispuesto a seguir adelante, tenía que llegar a casa. Pero ya era tarde, la melodía había conseguido atraparme en su abrazo y arrancarme de las garras de la rutina y la estupidez. ¿Tengo que llegar a casa? ¿Para qué? ¿Para pasar lo que resta de tarde con la música que ya he escuchado millones de veces? ¿Para perder el tiempo delante del ordenador? ¿Realmente hay algo por el cual merezca la pena perderse esta oportunidad de disfrutar con esta hermosa música?

Así que por primera vez, me he quedado escuchando. Vibrando con cada nota, como si fuera una cuerda más acariciada por el arco. Dejando que la música limpie una vez más mi alma de todo el polvo acumulado. Disfrutando de ese momento en que todo deja de existir salvo la música y yo.

Puede que haya sido corto, pero suficiente para darme cuenta de que quizás es hora de dejar más huecos en nuestra vida para que en ella tengan cabida este tipo de agradables momentos improvisados. 

jueves, 21 de agosto de 2014

Wherever you will go

¿Que es la música?

Calor que invade tu cuerpo y fluye como fuego líquido por tus venas.

Un escalofrío que recorre tu espalda y eriza tu vello a su paso.

Electricidad que descarga en tu interior una corriente inagotable de emociones.

Recuerdos atados a melodías que jamás nos cansaremos de escuchar.

Sueños brotando de letras que en nuestra piel han sido tatuadas.

Sentimientos cabalgando sobre notas a la espera de invadir nuestro corazón.

Momentos eternos en los que deja de existir el mundo a nuestro alrededor y nos encontramos solos...

Solos nosotros y la música.


domingo, 17 de agosto de 2014

Abrazado al cojín

La vida es una cadena de ciclos, con momentos en los que nos sentimos fuertes y vivos y momentos en los que levantarse cada mañana supone un esfuerzo hercúleo. Hace poco más de un año entré en la que probablemente haya sido la peor crisis que he tenido que soportar. Con el tiempo y ayuda profesional conseguí salir adelante y pude volver a disfrutar de la vida. Pero ahora me doy cuenta de que en realidad poco había cambiado. En verdad la situación seguía siendo la misma, simplemente aprendí a convivir con ella y a disfrutar a pesar de todo. Pero como todo, las fuerzas se desgastan poco a poco y según pasaban los meses la euforia inicial daba paso a la calma, y la calma parece estar dando paso de nuevo a la desesperación. Al fin y al cabo nada ha cambiado. Cierto es que no puedo quejarme demasiado de mi vida: tengo una estupenda familia que más que una casa me ha concedido un hogar; tengo un trabajo gracias al cual poder ir ganando poder económico y un cuerpo y una mente saludables y robustos. Sin embargo... a pesar de todo eso no puedo evitar sentirme perdido, vacío... Me encuentro sólo, sin amigos con los que poder olvidar las penas. Me encuentro desmotivado, sin ilusiones ni sueños por los que merezca la pena seguir adelante. Atrapado en un trabajo que una vez fue mi pasión pero que ahora solamente es un infierno, perdido en un presente sin futuro. ¿Acaso hay algo más que yo sepa o pueda hacer?

Los días pasan y trato de vivirlos lo mejor posible, pero es duro cuando no hay nada que te ayude a soportar los vacíos de tu interior. Y hay días en los que todo esto me sobrepasa y anhelo poder lanzar un SOS al aíre y que alguien me preste su hombro para llorar. Hay días en los que me gustaría poder pedir ayuda a gritos y refugiarme en brazos que aunque sea por unas horas me hagan sentirme protegido. Hay días en los que mi alma trata de hacerse ver a través de mi máscara, necesitada de que alguien sepa que no, no estoy bien y de que eche abajo los muros que he creado para que pueda soltar todo los sentimientos que en mi interior se han estancado. Pero no, no puedo. Al fin y al cabo, esta es mi lucha y no puedo pretender que los demás la luchen por mí. El resto tiene sus vidas, sus problemas, ¿quien soy yo para querer imponerles parte de mi lastre solo porque me haya dado por vencido? Quizás sea lo que más necesite en estos momentos, pero me parece injusto. Mis dedos se detienen por énesima vez antes de enviar ese mensaje; mi boca se vuelve a cerrar para dejar paso a otro "bien, gracias". Y me vuelvo a acurrucar en la butaca abrazado fuertemente al cojín, llorando hasta que no quedan lágrimas por derramar, deseando poder recuperar esas alas que en mi camino perdí.

PD: por aclarar un poco la situación, he de decir que este no es mi estado de ánimo habitual, ni mucho menos. Sí lo era (o incluso peor) durante la crisis mencionada, pero ahora es sólo algo puntual por circunstancias específicas (como la vuelta de vacaciones). También sé que objetivamente la mitad de lo que he dicho es basura, pero me temo que este conocimiento no tiene mucha fuerza cuando estoy así. Y aunque normalmente trato de evitar publicar nada cuando estoy en uno de estos momentos de bajón y autocompadecencia, hoy he decidido hacer una excepción. Puede que sea basura, pero normalmente expresar algo me suele ayudar a afrontarlo con mayor facilidad. Y bueno, aunque no me guste esta faceta también es parte de mí.

sábado, 16 de agosto de 2014

Mudando la piel 2

Navegando por la red recibí hace poco una sorpresa. Descubrí que alguien había empleado uno de los poemas que hace tanto tiempo escribí para crear un hermoso vídeo que ha calado hondo dentro de mí. Un vídeo donde al son de la música las palabras que en este blog plasmé cobran vida con una fuerza arrolladora y junto a las preciosas imágenes que aparecen ante nuestros ojos consiguen alcanzar un nuevo nivel que yo jamás hubiera esperado. Doy las gracias a Annabel por haber elegido mis letras como inspiración suya y por haberme emocionado tanto con un poema del que ya apenas tenía recuerdo.

Podéis ver el video aquí.

domingo, 10 de agosto de 2014

Let it go

Hoy vuelvo con otra canción Disney. En esta ocasión es una canción del éxito más reciente de la compañía, la preciosa película de Frozen. La canción, como no podría ser menos, es la hermosa Let it go, que me enamoró desde un principio y no puede faltar cuando necesito un pequeño empujón. Es esta una canción que habla sobre algo con lo que tantos soñamos: la liberación.

Que difícil es ser libre, cuando nosotros mismos nos anclamos con cadenas forjadas por nuestros miedos y temores. Vivimos con miedo a lo que nos rodea así como a la opinión de los demás. Nos encerramos en prisiones construidas por nosotros mismos, renunciando a nuestra libertad pensando que así podremos protegernos de los golpes de la vida. Pero no nos damos cuenta de que una prisión jamás podrá protegernos, tan solo nos encerrara en un oscuro rincón de nuestro ser donde nos marchitaremos lentamente. Muchos vivimos también esclavos del pasado, encadenados a memorias, recuerdos, reproches y arrepentimientos, sin darnos cuenta de que tanto lastre nos impide avanzar en nuestro camino y nos condena al sufrimiento de revivir día a día lo que en realidad hace tiempo que dejó de existir. Son tantas las cadenas con las que nos atamos, miedos, fantasmas y excusas de todo tipo que nos impiden seguir adelante. Por eso debe llegar un momento en nuestra vida en que miremos al cielo y descubramos el inmenso espacio que nos espera fuera de nuestra prisión. Debe llegar un momento en el que entendamos que las cadenas que nos retienen solamente podrán hacerlo mientras así lo permitamos. Debe llegar un momento en que sintamos arder en nosotros esa llama interior que todos poseemos y dejar que crezca y que fluya a través de nuestra sangre ahuyentando toda sombra que en nuestro cuerpo se cobijaba. Debe llegar un momento en que reunamos todo cuanto nos preocupa, todo cuanto deseamos, lo que nos hace llorar, lo que nos hace reír, todo cuanto hemos sido, somos y queremos ser… y lo soltemos. Que nuestro cuerpo canalice todo lastre que en nuestro interior hemos acumulado y lo libere sin temor alguno. Y que sea entonces cuando podamos volar libres, siendo los únicos dueños de nuestra vida.


viernes, 8 de agosto de 2014

Paso a paso

Paso a paso. Avanzando sin prisa pero sin pausa. Paso a paso. Nada que pensar, tan solo dónde dar el próximo paso. Fundirte poco a poco con el camino, sumergirte paso a paso en las profundidades de un hermoso paisaje. Mágicos bosques donde árboles, plantas, rocas y musgo crean el más sobrecogedor cuadro que jamás pueda ser pintado. Coloridas praderas donde flores de todo tipo y forma adornan con sus llamativos colores un enorme lienzo verde. Ríos de aguas limpias y transparentes que a su paso por las rocas y guijarros del lecho entonan relajantes melodías que hipnotizan con su suave cadencia. Impresionantes cascadas de rápidas aguas y blanca espuma que con su potente rugido ahogan todo sonido exterior, aislándote en un pequeño espacio donde por un momento sólo existen millares de gotas suspendidos en el aire a la espera de ser recogidos en el abrazo de la gravedad. Paso a paso. El tiempo pasa y no sabes distinguir si te mueves tú o simplemente se mueve el paisaje a tu alrededor. Paso a paso. Los problemas y las preocupaciones se pierden en la inmensidad del espacio que te rodea, mientras dejas que la belleza de la naturaleza impregne cada rincón de tu ser y te vacíe de todo cuanto no necesitas. Un paso detrás de otro, es lo único que en este momento importa. Dejar atrás el estrés y la ansiedad de la exigente ciudad que tanto te han quemado y renacer en este remanso de paz y silencio arropado en brazos de la bondadosa naturaleza. Paso a paso. No hay meta, no hay destino. Tan solo tú, avanzando paso a paso en tu Camino.


miércoles, 6 de agosto de 2014

Vacaciones

Jueves 24 de Junio de 2014

Por fin, tras tanto tiempo esperando ha llegado el momento. Ultimamos los preparativos, el salón lleno de maletas, comida y otros enseres. Bajamos todos los trastos al coche, y vuelvo a maravillarme otro año más ante la increíble destreza que mi padre demuestra para poder encajar tantos bultos en tan poco espacio, con una naturalidad digna del mejor jugador de tetris. Y ya, todo preparado, sólo resta ponerse en marcha. Pero falta un último detalle, una minucia que sin embargo se ha convertido en una parte fundamental del ritual. Saco de su funda ese disco que durante el resto del año ha esperado pacientemente que llegase este momento y lo coloco en el reproductor del coche. Y es entonces, al empezar a sonar la primera canción cuando sientes la melodía adentrándose en tu interior y entonces ya puedes relajarte y sonreír, pues la música nunca miente: por fin comienzan las vacaciones.


miércoles, 23 de julio de 2014

Emociones


Estar a punto de tomar el desayuno y no poder contener el llanto ante esta hermosa canción que suena por la radio. Efectivamente, creo que ya está claro que vuelve a haber tal caos en mi interior que tengo los sentimientos a flor de piel. Suele ser un síntoma bastante inequívoco cuando me emociono con cualquier tontería. Ahora bien, llegar hasta el extremo de no poder contener las lágrimas... Eso ya hace saltar las alarmas. Supongo que es uno de los efectos secundarios de la reciente instrospección a la que me he visto sometido, que unido a todo el lastre que he ido acumulando durante los últimos meses me vuelve a colocar en una situación emocional delicada. Pero bueno, así suelen comenzar esos puntos de inflexión en que de una manera u otra nuestra vida cambia de manera drástica. Y no dudo de que llevo pidiendo desde hace tiempo un cambio en mi vida a gritos. Cada vez veo más claro que no he llegado a curar esas heridas abiertas que tanto me han dañado, simplemente las maquillé para poder olvidarme de su existencia. La situación apenas ha cambiado, solamente lo ha hecho mi forma de afrontarla. Quizás sea hora de aprovechar para tratar de dar el siguiente paso y encontrar solución a esos problemas que llevo arrastrando desde hace tiempo. 


sábado, 12 de julio de 2014

Can you feel the love...

Hoy toca una nueva canción para esta nueva sección. Canción Disney, como no. Otro clásico esta vez, o según muchos, El Clásico. Estoy hablando de esa gran película que es el Rey León. Una película en la que desde luego la banda sonora juega un gran papel. Y entre todas las fantásticas canciones con las que podemos disfrutar, me decanto hoy por la romántica Can You Feel the Love Tonight.

¿La razón? Bueno, básicamente que no puedo dejar de sentir todo el amor que me rodea. Desde parejas de manos entrelazadas, pasando por esos tiernos besos de despedida pero con promesa de vuelta, hasta las demostraciones más apasionadas aisladas en un universo propio. Allá donde voy, allá donde miro, el amor siempre sabe hacerse notar. Especialmente a mi alrededor, donde parece haberse hecho un hueco en los corazones de todas las personas que me son más cercanas. Pero sobretodo, el lugar donde más fuerte siento el amor, es encerrado en mi interior luchando por escapar y poder volar libre. Pero cada vez que se abre la puerta de su celda no tarda en volverse a cerrar, ocultando tras ella todas las dulces promesas y dejando tan sólo una amarga desilusión. El amor brota a mi alrededor mientras yo sigo enterrado, luchando por poder salir a la luz del sol. Pero cada nuevo intento acaba en fracaso, desorientándome aun más de forma que ya no reconozco ni la dirección que debo seguir.

Seré honesto: la verdad es que siento una gran envidia cuando veo como todas las personas cercanas van encontrando con quien compartir preciosos momentos mientras yo sigo arrastrándome de desilusión en desilusión. Me cuesta ver esas muestras de amor que me recuerdan el vacío en mi interior. Pues solamente recuerdos quedan en mi interior, el recuerdo de un amor que voló más allá de mi alcance. Y allí donde una vez hubo un río de hermosos sentimientos y momentos inolvidables, solamente permanece un lecho vacío regado frecuentemente con lágrimas de melancolía. Y de vez en cuando el miedo se apodera de mí; el miedo a que el amor florezca a mi alrededor mientras yo me marchite sin poder encontrar ese rayo de sol que me haga crecer fuerte y feliz. Miedo a no encontrar lo que me falta, a tener que caminar siempre con el gran peso de este vacío. Miedo en definitiva a la soledad.

Pero aunque la melancolía trate de ahogarme en su asfixiante abrazo, no puedo olvidar que en estos momentos de desesperación es cuando más necesario es recuperar la mirada que da nombre a este espacio mío. Pues la vida no es más que la repitición de un ciclo, con momentos disfrutando en lo alto del mundo y momentos luchando por salir del profundo abismo. Y por muy duros que sean estos últimos momentos, por mucho que duela mientras el fuego de la realidad nos calcine, llegará el momento en que de nuestras cenizas resurgiremos con la fuerza que nos otorga haber sido capaces de vencer a la oscuridad. En el fondo de mi interior sé que por mucho tiempo que tenga que aguantar los embates de la soledad llegará el día en que podré por fin levantar la cabeza y encontrar la pieza que falta para completarme. Y cuando ese día llegue, los largos días perdido en la oscuridad se recordaran como un instante ante la eternidad que dura cada segundo en los brazos del amor.

Pero... ¿hasta que llegue ese día? Poco se puede hacer. Vivir, aprender, llorar y reir. Aguantar con esperanza e ilusión. Alegrarme de poder sentir el amor que lo impregna todo, pues sin amor el mundo sería un lugar gris y vacío. Y al fin y al cabo, por mucha envidia que pueda sentir, ¿que hay más agradable que ver esa sonrisa de felicidad en el rostro de aquellas personas a las que tanto aprecias?

Recuerda que no sólo sientes el amor a tu alrededor, si no en tu interior también. Pues aunque las personas puedan abandonarte, el amor jamás lo hará. Aguardará, dormitando silencioso hasta el día en que estés preparado para volver a recibirlo. Entonces saldrá de su escondite y bombeado a través de tu sangre tomará cada parte de tu ser y te permitirá volar libre y feliz. 



sábado, 5 de julio de 2014

Autotortura

¿Que tiene la mente humana que se siente tan atraída por torturarse una y otra vez? ¿Por qué nos cuesta tanto olvidar y tan poco recordar aquello que ya sólo nos hace daño? ¿Por qué es tan difícil seguir adelante en el camino sin detenerse a cada paso para mirar atrás?

Hoy es sin duda un día tonto. Supongo que en parte debido a esa sensación de vacío que me acompaña desde hace demasiado tiempo, espoleado por el estrés generado por un trabajo que cada vez me aporta menos y por la frustración de no sentirme avanzar, de no encontrar meta alguna que haga soportable tanta angustia. Y el resultado, la trampa en la que siempre vuelvo a caer. Una canción hermosa, pero triste. Un nombre, una cara. Y me rindo ante la tentación. Comienzo por fotos, pocas por suerte gracias a la dolorosa limpieza que me vi obligado a hacer para protegerme de mí mismo. Pero luego llegan los escritos... Y de repente me veo de nuevo en el pasado, recordando los buenos tiempos emborronados por las lágrimas que no dejan de manar. Pues las letras son muy poderosas, bien lo sabemos. Y cada frase se convierte en una imagen, un sentimiento, un anhelo, un llanto...

Y recogo unas gracias que nunca llegaron a decirse pero jamás se perdieron. Y pienso cuanto ha cambiado todo, me pregunto qué pasó con esa sonrisa que ahora pocas veces se digna en aparecer y cuanto bien estaré dejando de hacer por haber perdido esa contagiosa alegría que una vez me inundaba, aún incluso en los malos momentos...

Y siento ese momento del que nunca fui consciente, unos ojos que por un momento reflejaban unos barrotes que nos atraparon irremediablemente en algo que ninguno sospechábamos. Y le pregunto en mi cabeza... al final... ¿crees que valió la pena?

Y oigo su llanto, siento sus fantasmas, me entristezco con su dolor.

Y recuerdo las charlas, los besos, los abrazos, tantas promesas sin cumplir... Y vuelvo a ver su sonrisa, su mirada, su cuerpo... 

Y me doy cuenta una vez más de lo injusto que he podido llegar a ser. Es cierto que el doloroso silencio no fue una imaginación; demasiadas cosas quedaron sin decirse. Aun así... una vez más veo lo que en mi cegera no pude ver en su momento: cariño, confianza y un amor tan claro que parece imposible haber podido dudar de su existencia. Y aunque jamás me lo haya dicho, en el fondo sé que a pesar del triste final ella también recuerda con cariño esos tiempos. Sé que al igual que yo no se arrepiente de nada de lo que pasó. Y al final reconozco que quizás no fuera el segundón que creía.

Pero ante todo hay algo que no puedo evitar: maldecirme por no haber sabido cuidar lo mejor que jamás me haya pasado en la vida. Maldecir mi infantilidad, mi falta de experiencia, mis miedos y fantasmas, mi falta de esfuerzo... Maldigo no haber sabido todo cuanto conozco ahora, no haber podido dar lo mejor de mí. A veces trato de convencerme de que jamás hubiera funcionado, de que somos incompatibles y por lo tanto nuestro final era previsible. Pero sigo sin poder detener esos hermosos sueños en los que algo sucede y se nos presenta una segunda oportunidad. Y esta vez, aprendidos los errores del pasado, logramos mantenernos juntos a pesar de todas las visicitudes de la vida. Deseos de un futuro improbable en el que me despierto cada mañana ante unos preciosos ojos verdes que llenan todo mi mundo, un futuro en el que la felicidad tiene la forma de su sonrisa, un futuro en el que quizás se me permita llorar de amor a su lado con una pequeña criatura de ojos verdes en mis brazos... Pero me temo que estos sueños solamente sueños son. Mas no importa cuanto trate de pasar página, cuanto trate de luchar, mi mente siempre vuelve a torturarme. Y ya no encuentro fuerzas para resistirme...


sábado, 28 de junio de 2014

Sueños de un futuro enterrado

A veces me pregunto si algún día podré huir del acoso de estos dulces pero dolorosos sueños de un precioso futuro herido de muerte hace años. Un hermoso futuro enterrado bajo el peso de la realidad pero cuyo fantasma se niega a abandonar el reino de mis más profundos anhelos, impidiéndome encontrar descanso en los brazos del olvido. Que díficil es evitar vivir en el mundo de los sueños, donde todo sucede acorde a nuestros deseos, y aceptar la dura y fría realidad.

sábado, 31 de mayo de 2014

Una de canciones

Bueno, tras tanto ir retrasándolo al final voy a inaugurar una nueva sección que como podréis ver en el título tratará de canciones. Canciones de películas Disney y otras películas de animación con un significado especial que de una manera u otra han pasado a formar parte de mí. Y para abrir la sección empiezo con una preciosa canción de La Sirenita: bésala.

Hay que reconocerlo, quizás no sea la canción más aleccionadora, épica o vibrante de Disney. Aun así, se trata de una hermosa canción, bastante pegadiza, con la que a ciertas alturas de la vida todos nos podremos sentir identificados. Pues, ¿quién no ha vivido ese momento de ilusión e incertidumbre en el que una distancia tan pequeña parece alargarse hasta el infinito? ¿Quién no ha sentido ese cóctel de expectación, miedo, deseo y pánico? ¿Quién no habría deseado que el mundo a su alrededor se pusiera a cantar esta canción para evaporar las dudas y lanzarse a por todas? Bueno supongo que habrá gente que jamás hayan encontrado esta situación problemática, pero en mi caso sí que me hubiera venido bien un poco de ayuda. Digamos que es una de mis asignaturas pendientes, que espero algún día pueda por fin aprobar.

Le dedico esta canción a una persona muy especial que para mi sorpresa ha sucumbido también al miedo escénico. En la próxima ocasión recuerda esta canción y no le dejes escapar :)


jueves, 22 de mayo de 2014

BitterSweet (agridulce)

Hoy me apetece compartir esta canción, hermosa aunque también triste; agridulce, como su propio título indica. Una canción que me hace sucumbir ante el insistente acoso de la melancolía y la permite pasearse por mi interior, mientras hermosos aunque dolorosos recuerdos inundan mis ojos. Pero al mismo tiempo, una canción que me devuelve la fuerza que parecía perdida y me hace levantar la cabeza para mirar a un futuro prometedor.

y aunque sé que es un tanto agridulce
a veces tenemos que aceptar la derrota
entonces la paz vendrá como nieve que cae
respira hondo y sueltalo
soy libre



martes, 13 de mayo de 2014

Desmotivado

Pensaba que era algo que con el tiempo se pasaría, pero quizás me equivoqué subestimándolo. Por mucho que pase el tiempo sigo igual de desmotivado, incapaz de revivir la ilusión con la que dedicaba mi tiempo a la investigación cuando empecé hace ya varios años. Ahora solamente queda apatía y desgana, una falta de interés enorme por lo que antes era un pilar importante en mi vida y ninguna meta más que aguantar como sea los años que quedan para acabar lo que he empezado y entonces replantearme seriamente mi futuro.

Es curioso. Desde pequeño tuve clara mi vocación: científico. Y los años solamente reforzaron esa idea. Ahora, sin embargo, puede que tenga que reconocer que quizás me equivocaba. La ciencia sigue siendo mi pasión, la sed de conocimientos no se ha perdido. Mas una vida dedicada a la investigación ya no me resulta tan atractiva como antaño. Quizás porque quiero que mi trabajo sea eso, un trabajo, y no algo que consuma vorazmente mi vida hasta no dejar nada. Porque estoy dispuesto a donarle mi tiempo a la ciencia, pero no mi vida. Porque he perdido mi ambición y ya no me importa ser uno más. Porque no quiero que mi única preocupación sea publicar, independientemente del valor de los estudios. Porque no quiero sentir como ahora que lo que hago no sirve para nada. Y cada vez son más las razones.

Y así me encuentro, desmotivado por descubrir que aquello que siempre quise, aquello para lo que tanto me he preparado, lo único que me veía haciendo en el futuro y en lo que tanta gente espera que haga grandes cosas no parece ser para mí. Y entonces surge la gran duda... Una vez finalizados estos años que me restan... ¿Qué hacer?


domingo, 11 de mayo de 2014

Importante lección aprendida, dos horas "perdidas" que me han dado mucho para reflexionar. Dicen que así se aprende, mediante el método de prueba y error. Es doloroso pero tremendamente eficaz. Al fin y al cabo así se hace nuestro camino: tropezando y volviéndonos a levantar.

sábado, 3 de mayo de 2014

Un nuevo comienzo

Un nuevo comienzo. Una nueva aventura. Instalado ya en el que será mi hogar durante estos dos meses me resulta curioso la rapidez con la que podemos llegar a adaptarnos a situaciones completamente novedosas. Desde luego, la mente humana es un nido de sorpresas. Y para que sea un buen comienzo, ha incluido charla esclarecedora que me ha dado mucho en lo que pensar y en lo que mejorar. Bien hemos empezado, ¡que así siga!


jueves, 1 de mayo de 2014

Let it go

4 años… Un instante, una eternidad… El tiempo pasa pero los recuerdos pesan. Recuerdos de un día en que mi mundo cambiaría radicalmente. Recuerdos del primer día en que la ilusión por fin venció al miedo. Recuerdos  de frases sin sentido, de nervios a flor de piel, de pánico ante lo desconocido y desesperación ante mi inexperiencia. Pero ante todo, el recuerdo de una pregunta patética, de una mano firme guiándome en lo desconocido,  y de unos labios que me abrieron la puerta a un mundo nuevo.

Cómo pasa el tiempo, arrastrándonos consigo de forma inexorable. Ya son dos los años que han pasado desde que tan felices recuerdos se vistieran de luto. Desde que el tiempo se cobrara los intereses acumulados de tanta felicidad compartida. Desde que perdiera a la persona a la que más he llegado a querer.

Y aquí sigo, sin poder evitar que la melancolía se apodere de mí en esta fecha tan dolorosa. 2 años llorando su pérdida, añorando los buenos momentos que jamás se repetirán, tratando de curar una herida que no deja de sangrar. Sé que el pasado atrás quedó. Sé que lo que fue jamás volverá a serlo. Sé que cada uno tendrá que seguir su camino, que es mejor así. Pero a veces… A veces la miro y no puedo evitar desear con toda mi alma poder resguardarme en sus brazos una vez más. Acurrucarme junta a ella y protegidos bajo la manta fundirnos en un abrazo que no se acabe jamás. Mirarla a los ojos y beber de sus labios, sediento de amor. A veces, sólo a veces, daría todo lo que tengo por una nueva oportunidad para poder escribir con ella una historia con final feliz… 

Y aquí sigo, con el corazón cansado de tanto sufrir. Soñando cada día con volar libre por nuevos horizontes y despertando encadenado a una cruda realidad. Buscando el amor en tierra de nadie donde es continuamente maltratado por ilusiones de sueños que jamás fueron reales. Aprendiendo a esperar…

Pues a veces esa es la única solución. En ocasiones cuanto más desesperadamente buscamos más difícil es encontrar lo que anhelamos. Cegados por una necesidad que solamente existe en nuestra cabeza vamos dando tumbos por la vida confundiendo las señales y dándonos de bruces contra todo muro que aparece en nuestro camino. Cuando la tormenta arrecia, ¿de que sirve continuar adelante obstinado? Es mejor buscar un refugio y descansar, esperar a que amaine la tormenta mientras reflexionas sobre todo lo vivido y aclaras las dudas que nublan tu visión. Y cuando la calma vuelva a tu vida, seguirás tu camino. No para buscar algo que quizás realmente no sea tan indispensable como pienses. Continuarás simplemente para seguir adelante, abierto a lo que el camino quiera ofrecerte, pero sin cegarte y olvidar la verdadera meta. Sólo cuando haces las paces contigo mismo, sólo cuando te vacías de toda ansiedad y necesidad, sólo cuando descubras que no hay mejor compañero que tú mismo, sólo entonces estarás preparado para recibir todo cuanto El Camino tiene por regalarnos. 

Dejadme un momento de debilidad. Dejadme hacer una pausa y sentarme a llorar. Que las lágrimas limpien mi interior de la pena y la tristeza acumulada, que se lleven consigo el dolor de un pasado que atrás quedo, que arrastren los miedos y la ansiedad a su paso. Entonces, cuando haya soltado todo el lastre acumulado, cuando haya limpiado mi alma de la suciedad del camino y haya recuperado las fuerzas para seguir adelante... Entonces me levantaré y proseguiré. Siempre adelante. Que el pasado sólo sea una valiosa lección. Que el futuro sólo sea un espacio para la esperanza y la ilusión.

Que un triste aniversario se convierta en el comienzo de una nueva aventura. Que esta fecha a partir de ahora sea recordada como el momento en que retomé mi camino y volví a aprender a vivir. Es hora de soltarlo, de dejarlo todo atrás.

Let it go... And I'll rise like the break of dawn.


miércoles, 30 de abril de 2014

Camino cerrado

Al final tras tanta ilusión, decepción e incertidumbre otro camino más ha quedado cerrado. Supongo que en parte duele un poco, recordando la ilusión del comienzo, esa senda que prometía aventura y sobre todo una meta gloriosa. Pero no pudo ser, lo que parecía un hermoso paseo acabó convirtiéndose en una senda impracticable, llena de maleza y zarzas que sólo aportaban sufrimiento y dolor. Supongo que sucumbí a los cantos de sirena que no me permitieron ver la realidad subyacente, que confundí las señales y no supo guiarme usando la brújula adecuada. Pero ahora llegó el momento de aceptar la realidad, de cambiar de rumbo antes de que sea tarde y partir en busca de un nuevo camino que no me ponga en peligro. Al fin y al cabo, en esta vida si hay algo que no falta son caminos. Además, siempre lo he dicho y siempre lo diré: caminante no hay camino, se hace camino al andar.


lunes, 28 de abril de 2014

Amistades

Sólo son dos meses, es cierto. Pero aun así… ¿tanto es pedir una despedida en condiciones? ¿Algo más que un par de abrazos apresurados, casi robados, sin una palabra de adiós, pásalo bien o cuídate? Son momentos en los que me pregunto si la amistad y el cariño que siento son correspondidos o si en verdad jamás consigo franquear esa coraza impenetrable con la que se aísla del mundo.

No es un reto sencillo. No es fácil conformarse cuando quieres tanto a una persona, viviendo momentos que te hacen revivir dolorosos recuerdos de un precioso pasado, silencios antiguos que se llenan ahora por simple rebote, resucitando los viejos fantasmas del segundón que aun esforzándose jamás estuvo a la altura de gentuza sin escrúpulos que desperdiciaron lo que ni siquiera merecían haber ganado.

Pero aunque sea costoso, aunque nadie la entienda, es mi decisión y sigo adelante con ella. Porque es una de las mejores personas que conozco, aunque a veces me den ganas de estrangularla. Porque me conoce como ninguna otra, hasta el punto en que en ocasiones no es necesario hablar para que me entienda. Porque estoy dispuesto a hacer todo lo que sea por ayudarla a encontrar su sitio en este mundo y ser feliz. Aunque eso signifique luchar continuamente contra los fantasmas del pasado.

Pero hay momentos en los que me pregunto si todo esto tiene sentido. ¿Es sano estar dispuesto a dar tanto por quien no parece estar interesada en responderte? ¿Es posible considerar como amiga a quien solamente se preocupará de ti cuando estés delante suyo llorando desconsoladamente? Una persona para la cual probablemente no eres más que una pequeña canica en el rincón de su escritorio, acordándose de vez en cuando de que existes, pasando el rato contigo cuando consigues rodar dentro de su visión… Pero que probablemente el día que desaparezcas en el rincón más recóndito de su habitación nada sentirá cambiar en su vida.

Supongo que esa es la verdadera cara de amistad, darlo todo sin esperar nada a cambio, sabiendo lo pequeño que eres en su mundo pero esforzándote por ella de todas maneras. Tampoco me engañaré a mí mismo, mis motivos también son egoístas. Seguramente en parte me aferro a ella por ser una de mis únicas “amistades”, por tener a alguien con quien burlar a la soledad. Pero cuan doloroso puede llegar a ser cuando al estar con esa persona te sientes más solo que nunca.

Supongo que no soy del todo justo. Supongo que dejo que mis sentimientos confundan la realidad con las esperanzas, que mi parcialidad afecte mi criterio. Son muchos los días en los que me ha salvado de sufrir la apatía extrema que acechaba en la soledad de mi habitación, aunque solamente a petición mía. Puede también que como ya ocurriera en el pasado sus sentimientos sean mucho más fuertes de lo que aparenta. Pero ese es el problema: no importa lo que ocurra debajo de su coraza mientras siga ahí escondido. Le daré la vuelta al refrán para decir que “corazón que no siente, ojos que no ven”. ¿Acaso se le puede acusar de ciego a quien se le coloca una venda en los ojos?


No sé si estoy ciego. No sé si soy injusto. Pero muchas veces me pregunto si soy algo más que una mera compañía soportable. Si quizás no soy más que un tonto que sigue siendo fiel a una promesa ya olvidada por el resto. 

A veces me pregunto si en mi vida hay alguien que realmente merezca ser llamado... amigo.




lunes, 21 de abril de 2014

Nueva cuenta atrás

Tras reservar el viaje ya es oficial: comienza una nueva cuenta atrás. No importa que ya no sea la primera vez, ni que sea mucho menos tiempo que la anterior, ni que esta vaya a ser la tónica durante estos años. Nada puede evitar ese nerviosismo, esa sensación de vertigo, esas ganas de esconderme acurrucado en un rincón. Esta claro que por muchos avances que esté haciendo, siempre seré un anciano en el cuerpo de un joven, temeroso de las novedades y aferrado a la seductora rutina. A veces me pregunto qué fue de esa juventud que se marchitó antes incluso de aparecer, por qué la ambición y la ilusión han quedado sepultadas bajo la necesidad de seguridad y confort. Momentos como este me hacen darme cuenta de lo estúpido que puedo llegar a ser a veces, temeroso de un oportunidad por la cual muchos matarían, aterrado ante lo que sin duda será una experiencia maravillosa. Pero la costumbre y los miedos son muy poderosos, y dudo que sea hoy el día en que consiga vencer esta eterna batalla interior. Al menos ya no dejo que mis enemigos sean lo suficientemente fuertes como para dictar mis pasos. Podrán atenazar mi corazón, pero ya no robarán más mi mente ni mi cuerpo. Y sé que llegará el día en el que hasta ese último refugio les sea arrebatado. Hasta entonces tendré que luchar ferozmente por evitar que mi ánimo sea influenciado por sus pérfidas mentiras. Y ver las cosas tal y como son.

Es bastante tiempo. Lejos de casa. Sólo en un lugar desconocido, donde impera una lengua extraña. Pero ante todo será una experiencia valiosa, una oportunidad para aprender y madurar, una ocasión para quizás encontrar lo que con tanto ahínco busco. Al fin y al cabo:

La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento

domingo, 13 de abril de 2014

Duro domingo

Son muchas las personas que tienen a la mañana del lunes como el peor momento de toda la semana. Yo, sin embargo, temo muchísimo más la tarde del domingo, momento en el que parece que todos los problemas y las ansiedades que durante tiempo han asediado conciencudamente la fortaleza de mi mente consiguen superar las barreras de mi optimismo y arrasan salvajemente mi ánimo, dejando un campo de batalla cubierto de sentimientos mutilados y bañado en lágrimas.

¿Dónde puedo encontrar a ese maestro capaz de convertir hasta el más humilde campesino en un héroe imparable? ¿Dónde se esconde esa espada mágica capaz de acabar con las hordas de la oscuridad? ¿Dónde he de buscar para hallar esa meta por la que luchar hasta la muerte? ¿Donde se encuentran esos fieles compañeros de armas que nunca abandonarán tu lado? ¿Dónde vive la bella dama cuya prenda otorge la fuerza necesaria a mi brazo?

Otro domingo, otra batalla perdida...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...