
Generalmente, una vez escogido un camino, rara vez vuelvo la vista atrás hacia la encrucijada que tantos quebraderos de cabeza me dio. Pero hasta que la elección no es tomada sin posibilidad de dar marcha atrás, no descansará mi cabeza. Dudo mucho que sea algo que pueda cambiar. Además, prefiero excederme en mis intentos por elegir la mejor opción que tomar la primera que se me ocurre, sólo por no volverme loco. Aun así, no es agradable tener que escoger. O, sí?
PD: siento la falta de signos de apertura de interrogación, pero estoy escribiendo desde un teclado finlandés y todavía no he logrado encontrarlo. Y para las tildes y la ñ también supone un problemilla un tanto molesto...
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