domingo, 11 de septiembre de 2011

Poesía

Siempre he sido una persona muy vinculada a la ciencia y las artes en general no han sido santo de mi devoción. Aun así, desde muy pequeño fui educado para adorar la lectura y quizás por ello he desarrollado una cierta atracción hacia la escritura. Adoraba, por ejemplo, los comentarios críticos que teníamos que hacer para la asignatura de Lengua y siempre disfrutaba bastante componiéndolos. Pero hace unos cuantos años un día de insomnio, en el que la mente me bullía demasiado como para poder dormir, me encontré a mi mismo levantado a las tantas de la noche componiendo poemas. Fue mi primer contacto con esta forma de expresión, quizás un contacto esperado ya que los sentimientos siempre habían estado a flor de piel, sólo necesitaba las palabras y la inspiración adecuadas para plasmarlos en un trozo de papel. Sin embargo, sólo fue un momento fugaz, pues salvo algún día aislado entre medio no volví a descubrir la poesía hasta que hace un año y unos pocos meses conocí a la persona que ha cambiado mi vida para siempre.

Una persona con una capacidad increíble para hacer realidad sobre el papel sus alocadas fantasías, bellos escritos creados por su inagotable imaginación que nos sumergen en un mar de sensaciones y nos hacen perdernos entre densos bosques de palabras entrelazadas con maestría en hermosas composiciones. Una persona con la que volví a descubrir el encanto de un verso, la belleza oculta en las palabras, sentimientos indescriptibles con cada coma, éxtasis en cada punto. Mi mente volvió a encontrar una vía de escape a través de la cual los sentimientos salían aferrados a cada letra que escribía, cada rima liberaba mi alma del peso acumulado a lo largo de tanto tiempo, cada estrofa acabada acariciaba un susurro de amor. Volví a vivir la poesía, escribiendo rimas en mi corazón con tinta hecha de lágrimas y alegría.

No puedo sino agradecer sinceramente este empujoncito que recibí, esta inspiración que Ella me supone. Pues entre otras cosas, gracias a Ella creé este blog que tantas cosas maravillosas me ha traído. Gracias a Ella descubrí lo mucho que adoro la poesía. Poeta aficionado sin ninguna duda, pero aun así vertiendo todo mi ser en cada verso que escribo.

Os enseño algunos de mis primeros versos, aquellos que han sobrevivido a través de todos estos años. No gran cosa, pero personalmente muy valiosos. Fueron creados bajo muy diferentes circunstancias pero sin duda alguna son dignos de ser dedicados a aquella que tan feliz me ha hecho. Para Ella.


Como el primer rayo de sol iluminando la mañana
tu sonrisa disipa las tinieblas de mi corazón
es la luz que me renueva, en cuerpo y alma
ahuyenta la tristeza que tu ausencia provocó.
La luz de las estrellas brillando en tus ojos
me invita a viajar por tu mente, un universo
donde el sol es tu presencia y yo un simple planeta
orbito a tu alrededor, en tu calor inmerso.

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