Por desgracia, por mucho que se desee algo no por ello esto se va a cumplir. Lo descubrí ayer, cuando todas mis ilusiones se hicieron añicos al chocar contra el muro de la realidad. Tan lejos habíamos llegado, tan cerca estábamos de la meta, que podíamos verla al alcance de nuestra mano... Pero tan cegados por nuestro deseo, tropezamos en el último obstaculo y vimos impotentes como nuestros sueños se alejaban irremediablemente. Cierto es que puedo decir con orgullo que asistí a una ocasión única, que al menos he podido presenciar una gesta que muy pocos creíamos posible tras tantos años de sequía. Mas esta espinita en mi pecho quedará clavada, hasta el día en que pueda por fin cumplir mis sueños y saber lo que se siente al ganar algo grande, disfrutar la grandeza de la gabarra. Espero de corazón que llegue ese día, aunque solo pueda verlo una vez en mi vida. Pero el fútbol, como el resto de deportes, es así. Sólo uno puede ganar. No hubo injusticias, tan sólo una dura lección para un equipo superado por las circunstancias. Y otra ocasión frustrada más para la afición, lágrimas de tristeza y desolación rodando por nuestras mejilla, en contraste con las lágrimas de alegría y euforia de la afición opuesta. Mentiría si dijera que no sentí envidia, mentiría si dijera que yo no lloré. Pero lo sucedido no puede cambiarse ya, tan sólo nos queda seguir mirando al futuro con ilusión, creer que llegara el día en que todo el sufrimiento haya merecido la pena. Quizás ese día esté más cerca de lo que pensamos... Veremos.
Pero es una pena no haber recibido el que hubiera sido un regalo excepcional en este día tan especial. Es una pena empezar el día de hoy con el triste recuerdo de ayer. Pues el día de hoy un año más hace, desde el momento en que vine al mundo. Un año más de experiencias variadas, muchas de ellas enormemente gratificantes, otras no tanto aunque al menos sí que han servido como importantes lecciones. Hoy me acerco un poco más al cuarto de siglo, aunque juraría que ayer envejecí de golpe tanto que rebasaría con holgura tal frontera. Un día que comenzó muy nublado, tanto literal como metafóricamente. Pero el sol poco a poco ha ido asomando en el cielo azul, regalándome su calor y ánimo. Y durante la mañana las nubes de mi alma han dejado paso a la claridad, gracias a detalles que tanto me han alegrado. El regalo de mi siempre adorada Mey, así como su entrada dedicada. Una felicitación para su frustración completamente esperada (aunque tratara ingenuamente de convencerme de la posibilidad de no recibirla), lo que no resta para que me haya sentido extremadamente complacido y afortunado de poder disfrutar de semejante amistad. Más tarde un más inesperado regalo de mi querida Anna, una grata sorpresa que ha mejorado aún más mi humor. Y esta tarde, aun lejos de mi familia y de mis seres más queridos, no faltará una pequeña celebración con aquellos que durante este tiempo se han convertido en mis grandes compañeros. Un día para disfrutar, sin duda, así tiene que ser. Pues ya muy poco queda, apenas dos semanas. Cerca queda el momento de volver a casa, disfrutar debo por lo tanto de estos últimos días de esta gran experiencia. Tan cerca...
Bueno, seguro que habrá otras oportunidades de ganar. Ademas aun os queda la copa del rey ¡a por ella!
ResponderEliminarUn beso y feliz dia
La verdad que se llega con muchísima ilusión apenas conscientes de que tiene que haber un perdedor...
ResponderEliminarBesos, otra vez será..
Es una pena que tanta ilusión se pierda, pero siempre esperanza, seguro que a la próxima se conseguirá.
ResponderEliminarMuchas felicidades Feníx. Espero que hayas tenido un día muy especial.
(Muy bonitos tus regalos)
De mi parte recibe un besote.