La espera

Hay casualidades que parecen demasiado para serlo. Así lo he sentido hoy, cuando tras una noche de sueño inquieto me he encontrado por la mañana con la protagonista de mis perturbaciones nocturnas. Ha sido un momento extraño, pues rodeados como estamos por unas circunstancias un tanto especiales, al menos en mi caso no sabía muy bien como reaccionar. Me he encontrado en estado de shock y he sufrido una regresión temporal hasta nuestros primeros días juntos, repitiendo para mi vergüenza "la pregunta mágica" (no tan patético como la última vez, pero aun así una clara muestra de mi falta de control de la situación). La verdad es que todavía no me he recuperado del todo de este encuentro tan inesperado. Al menos la otra parte ha mantenido la compostura y la normalidad, permitiendo relajarme y calmar a mi acelerado corazón. Ha sido un shock sin duda, pero también me ha alegrado la mañana. Una pequeña concesión antes de la espera. Y es que eso es lo que me toca ahora: esperar. Si tengo suerte una semana, si no hasta tres. Pero tras tanto tiempo esperando no tengo dudas de que aguantaré está recta final para poder por fin enfrentarme a ese momento que tanto deseo y a la vez tanto temo. Un espera para poder luchar por todo cuanto amo, para intentar recuperar lo que por un tiempo he perdido. Si tenía alguna duda hoy se me ha disipado. Hoy más que nunca estoy dispuesto a esperar cuanto haga falta para poder disfrutar una vez más de la sonrisa que me estremece de pies a cabezas, a dar todo lo mejor de mí para poder volver a soñar con un futuro a su lado. Ahora ya sólo me queda esperar y prepararme para la que puede ser la prueba más dura a la que sea sometido.