sábado, 31 de diciembre de 2011

Noche mágica

La verdad es que no hay mucho que decir, pues tratar de describir un concierto de Mago de Oz es una tarea endemoniadamente complicada. Aquellos que lo han vivido conocerán de sobra la magia del momento y aquellos que lo desconocen dudo que puedan captarlo con torpes e insuficientes descripciones lastradas por la dificultad que supone expresar emociones tan intensas con palabras. Aún así, una noche tan mágica merece al menos una breve crónica.

El concierto fue, resumiendo, algo maravilloso. Cierto es que el sonido distaba mucho de ser perfecto, pues había momentos en los que los instrumentos tapaban la voz del gran Jose e incluso los matices de la melodía se perdían por un pobre control del aporte de cada sonido. Aún así, lo que faltaba en la música era rápidamente corregido en nuestro interior, donde grabado a fuego se encuentran todas las canciones de este grupo sensacional. Si no se oía la voz, nosotros cantábamos. Si la melodía sonaba extraña la arreglábamos en nuestras cabezas. Pero aún con todo eso, nada podía distraernos de un espectáculo que quedará para siempre tatuado en nuestra memoria. Comienzo potente con "Satania", seguido del trepidante "Maritormes" y el festivo "Vodka n' roll. Canciones inesperadas para sorprendernos como "Santa Compaña" y "El poema de la lluvia triste". Toque oscuro y embaucador con "Aquellarre" y "Diabulus in Musica", poesía y suavidad con "La rosa de los vientos" y "Pensando en ti". Y no faltaron los clásicos como "Hasta que el cuerpo aguante" y "La costa del silencio", así como un final espectacular con los indispensables "Molinos de viento" y "Fiesta pagana", todos ellos cantados por una voz entretejida con más de mil gargantas.

Un concierto para saltar y gritar, para sentir cada acorde vibrar en la piel, cada palabra correr por nuestra sangre. Un concierto para liberarse de la pesadez del día a día y disfrutar todos con un corazón común. Un concierto para despedir a la mejor voz, a un cantante capaz de penetrar en lo más profundo de nuestro ser para llenarnos de emoción con sonidos celestiales. Pero demasiado tiempo el cielo nos ha prestado a este ángel terrenal. Tras tantos años de repartir felicidad su voz, agotada, exige un descanso merecido. Una dura pérdida, pues Mago de Oz no será lo mismo sin el grandioso Jose Andrea. Todos lo sabemos y eso tiño la atmósfera del lugar con un sentimiento especial compartido tanto por nosotros como por los músicos. Su tiempo se acababa, y él lo sabe. Este era su último concierto por estas tierras. Y se esmeró, cantó como los ángeles, demostrando que siempre ha pertenecido a otro lugar más allá de este mundo vacío y silencioso. Si tengo que quedarme con algo en todo el concierto, fue con la canción que el hizo suya, la canción con la que se despidió. Una canción para decirnos adiós, una canción que nos emocionó como ninguna otra, pues su mensaje era demasiado claro. Esa voz que un día bajo de entre los cielos para darnos luz a los mortales volverá allí donde vino. La voz que ha convertido a Jose Andrea en todo un ídolo nos abandona a todos, él incluido, dejando un vacío que dudo nadie pueda llenar. Y este fue su último adiós, en forma de canción.


Ahora que está todo en silencio 
y que la calma me besa el corazón 
os quiero decir adiós 
porque ha llegado la hora 
de que andéis el camino ya sin mi, 
hay tanto por lo que vivir
no llores cielo y vuélvete a enamorar 
me gustaría volver a verte sonreír 

Pero mi vida 
yo nunca podré olvidarte 
y sólo el viento sabe 
lo que has sufrido por amarme 
hay tantas cosas 
que nunca te dije en vida 
que eres todo cuanto amo 
y ahora que ya no estoy junto a ti 
te cuidaré desde aquí

Sé que la culpa os acosa 
y os susurra al oído: “pude hacer más” 
no hay nada que reprochar 
ya no hay demonios 
en el fondo del cristal 
y sólo bebo todos los besos 
que no te di 

Pero mi vida 
yo nunca podré olvidarte 
y sólo el viento sabe 
lo que has sufrido por amarme 
hay tantas cosas 
que nunca te dije en vida 
que eres todo cuanto amo 
y ahora que ya no estoy junto a ti 
vivo cada vez que habláis de mi 
y muero otra vez si lloráis 
he aprendido al fin a disfrutar 
y soy feliz

No llores cielo 
y vuélvete a enamorar 
nunca me olvides 
me tengo que marchar 

Pero mi vida 
yo nunca podré olvidarte 
y sólo el viento sabe 
lo que has sufrido por amarme 
hay tantas cosas 
que nunca te dije en vida 
que eres todo cuanto amo 
y ahora que ya no estoy junto a ti 
desde mi cielo 
os arroparé en la noche 
y os acunaré en los sueños 
y espantaré todos los miedos, 
desde mi cielo 
os esperaré escribiendo 
no estoy solo pues me cuidan 
la libertad y la esperanza 

yo nunca os olvidaré

3 comentarios:

  1. Jovar, qué precioso todo. Nunca he estado en un concierto de Mago, pero lo describes como si fuera un festival celestial xDD. Parece que el concierto te ha dado el subidón emocional que necesitabas, no? Me alegro mucho Fénix. ^^

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  2. Sin palabras mi niño...me emocioné sólo de leerlo e imaginarlo. Has vivido algo único, siéntete feliz. De verdad no me sale decirte nada más...hay demasiado para expresar..

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  3. no soy muy aficionada a las multitudes, pero tus palabras me han traído algo, por minúsculo que sea, de esos momentos mágicos...
    todo de alguna forma se transmite y en algún lugar del sentimiento perdura lo que llamamos recuerdo... que todos los tuyos sean gratos

    un abrazo

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Gracias por compartir tu mirada

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