Son muchas las personas que tienen a la mañana del lunes como el peor momento de toda la semana. Yo, sin embargo, temo muchísimo más la tarde del domingo, momento en el que parece que todos los problemas y las ansiedades que durante tiempo han asediado conciencudamente la fortaleza de mi mente consiguen superar las barreras de mi optimismo y arrasan salvajemente mi ánimo, dejando un campo de batalla cubierto de sentimientos mutilados y bañado en lágrimas.
¿Dónde puedo encontrar a ese maestro capaz de convertir hasta el más humilde campesino en un héroe imparable? ¿Dónde se esconde esa espada mágica capaz de acabar con las hordas de la oscuridad? ¿Dónde he de buscar para hallar esa meta por la que luchar hasta la muerte? ¿Donde se encuentran esos fieles compañeros de armas que nunca abandonarán tu lado? ¿Dónde vive la bella dama cuya prenda otorge la fuerza necesaria a mi brazo?
Otro domingo, otra batalla perdida...
¿Duro domingo?
ResponderEliminarMi león bandolero, tu eres capaz de voltear a ese domingo y ganar la batalla. Confía en ti. Hay días malos, días buenos, pero siempre ganamos algo ¿no?
Un besazo enorme de tu Hadita magica
La cábala es la respuesta
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