jueves, 3 de mayo de 2012

Goian bego

Mis miedos se cumplieron. Pues estando tan lejos de ti, te has ido. Sin poder despedirme, sin verte una vez más. Más lejos aún, te has marchado. Para no regresar. Llegaste al final de tu camino, un camino largo, arduo. Y ahora desapareces de nuestras vidas, cierto, pero nada borrará las huellas que en nuestro interior has dejado. En mí, en tus otro nietos, en tus hijos, en tu esposa... En todos cuanto te conocieron dejaste una parte de ti. Todo cuanto nos enseñaste, todo cuanto de ti aprendimos. Tanto dejaste a tu paso, que siempre seguirás vivo en todos nosotros.

Recuerdos en mi mente, tantos y a la vez tan pocos. Recuerdos de los paseos, las carreras, aprendiendo a jugar a las cartas contigo, atento a las trampas que siempre hacías... Recuerdos de los pulsos, invicto te fuiste sin darme tiempo a pedir la revancha. Recuerdos de tu seriedad y de tu sonrisa. De todo el tiempo que estuvimos juntos, el cual ahora se me antoja insuficiente. Tantos buenos momentos... Mas nada dura para siempre. Los años no perdonan, y llegado el momento golpearon, con fuerza y sin piedad. Una cruel realidad, verte perder poco a poco lo que fuiste, hasta que al final perdiste lo único que te quedaba, lo único que te retenía en este mundo. Perdiste la mente, quizás, pero seguro estoy de que el corazón siempre lo guardaste a salvo, con todos nosotros dentro, hasta ese último momento, hasta tu último suspiro. Al menos, dejaste este mundo tranquilo, arropado por tus seres queridos, la más dulce muerte que pueda concebir. Liberado al fin, de tus ataduras, del dolor, del sufrimiento. Ligero, pudiste por fin volar más allá de las fronteras de nuestra realidad, lejos sí, pero a la vez cerca. Pues cerca te seguiré sintiendo, mientras mi corazón siga bombeando por mis venas todo cuanto recibí de ti.

¿Qué puedo decir? Son tantas las cosas que me gustaría contarte, aunque sea ya tarde. O quizás no, quién sabe. Por eso escribo, por si allá donde estés te llegara esta misiva. Como me temía no he podido despedirte en persona. En mi vuelta sólo el vacío me recibirá en tu lugar. Mi último adiós se me ha negado, cruel destino que juega con nuestras esperanzas. Por eso escribo, para poder decirte todo cuanto no pude. Aunque no tenga palabras suficientes para expresar cuanto siento.

Gracias, gracias por todo. Por haber sido esa persona maravillosa que tanto cuidó de mí. Por los paseos en los que tanto hablábamos, por las partidas de las que tanto aprendí. Por tus consejos, por tus enseñanzas. Gracias por haber contribuido a mi felicidad. Gracias por ayudarme a convertirme en lo que hoy soy. Estés donde estés, me oigas o no, gracias por haber sido un aitite fantástico, orgullo para este nieto que jamás podrá olvidarte. Tan sólo puedo corresponderte viviendo tal y como nos enseñaste, y que llegue el día en que desde tu cielo te puedas sentir orgulloso, de mí y de todos cuanto hemos heredado tu espíritu. Tan sólo darte las gracias; por lo que fuiste, por lo que eres y por lo que seguirás siendo. Este es mi adiós, quizás un hasta luego, pues cuando llegué mi hora con celo te buscaré, con la esperanza de volver a abrazarte y en persona decirte una vez más... Eskerrik asko.

Que el camino de baldosas amarillas te guíe allí donde los sueños se hacen realidad. 

Tu nieto,


6 comentarios:

  1. Te quiero nano. Siempre me haces llorar... Que ganas de darte ese abrazo que guardo desde agosto y sobre todo desde ayer. Ya queda menos para estrujarte de nuevo :) un besote en la distancia

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  2. Lo siento Fénix. Muy bella despedida a tu abuelo, seguro tus palabras le llegarán allí donde esté.

    Besos.

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  3. Fénix, siento muchísimo lo de tu abuelo. Como tú dices, quién sabe, puede que esas palabras le lleguen, ¿no?.
    Tranquilo, como tú dices, los años no perdonan y estoy segura de que él estará muy orgulloso de lo que eres.

    Gracias por tus palabras, lo digo muy sinceramente.

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  4. Lo lamento mucho Fénix.
    Un abrazo desde justo al lado.
    :)

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  5. Siento mucho la perdida de tu abuelo. Mi mas sentido pesame.
    Tus palabras seguro que le llegaran allá donde este.
    Sé fuerte
    Un beso

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  6. He llegado tarde, pero me uno al abrazo colectivo que te enviamos. La pérdida en la distancia es más dura. Tus palabras son tan emotivas que se me han humedecido los ojos. ¡Un beso muy fuerte para ti y otro para tu abuelo, esté donde esté!

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Gracias por compartir tu mirada

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