Esta es una entrada especial. Especial, por varias razones. Principalmente, que un año ha pasado ya desde la primera entrada que aquí compartí. Sólo un año, quién lo diría, repleto de vivencias y experiencias que han cambiado mi vida. Siento que ya no soy la misma persona que comenzó, ilusionado pero a la vez temeroso, un nuevo proyecto llamado La Mirada del Ave Fénix. A pesar de mis temores iniciales no puedo sino sentirme orgulloso de haber mantenido una constancia aceptable durante bastante tiempo. Un blog que me ha otorgado un sinfín de buenos momentos, gracias al cual tanto he descubierto y obtenido. No puedo sino sentirme agradecido de la decisión que tomé, tanto ha sido lo que este pequeño rinconcito me ha otorgado. Pero como con todo, lo que tiene un principio tiene que tener también un final. Éste fue sin duda alguna un producto de la inspiración que robé a mi musa, quién despertó la pasión por la poesía y la escritura que yacía dormida en mi interior. Ahora que he perdido a mi musa y la inspiración vuelve a dormitar en mis entrañas me parece adecuado echar el cierre también a esta maravillosa experiencia que ha sido mi blog, poniendo fin así a este intenso año.
Un ciclo se cierra, mientras que uno nuevo se abre. Tiempo para aceptar el cambio y convivir con esta nueva realidad. Tiempo es lo que necesito, para ordenar mis sentimientos, enfrentarme a lo que ya nunca será y poder así cumplir promesas que ahora parecen imposibles. Tiempo para redescubrir la vida tras el incendio, para reunir las cenizas y poder renacer una vez más. Un nuevo futuro se abre ante mí, pero hasta entonces queda un largo camino por recorrer, una transición que definirá mi nuevo ser. Este es un camino que debo recorrer solo, un viaje para conocerme a mí mismo y prepararme así para lo que el horizonte me tenga destinado. Un viaje que me llevará lejos de aquí.
Puede que este no sea un final definitivo, nada es seguro en esta vida y quizás llegue el día en que necesite volver a recuperar este jardín de pensamientos. Pero de momento su continuidad queda demasiado lejos para el alcance de mi vista. Así pues, tras un año de diversas experiencias cuyos finales, sean felices o tristes, han marcado mi ser, doy finalmente por finalizado un ciclo de mi vida, junto a este blog que tanto me ha otorgado. Así me despido de todos vosotros (y en este caso también diré vosotras, pues sois la mayoría) que habéis estado conmigo, pues habéis sido quienes realmente han logrado que este proyecto llegara a florecer. Mencionando especialmente a:
Maria Varu. Por ser la primera que me comentó, por sus hermosas locuras que tanto me enseñaron y sus tiernos comentarios.
M. Por su blog, del que tanto aprendí. Por ser como una brisa primaveral que, ahuyentando los fantasmas invernales, devuelve al mundo la vida con un optimismo radiante y mil listas para ser feliz.
Mey. Por ser el mejor regalo que podría haber pedido, una estrella del firmamento que descendió para iluminarme en un cálido abrazo. Por ser la luz que iluminó mi oscuridad cuando la noche engulló mis días. Por ser la calidez que me protegió del frío invernal que amenazaba con engullirme. Por ser la locura que me mantuvo cuerdo en mis delirios, por ser la cordura que me mantiene loco en mi rutina. Por esa amistad que transcendió de estos lares para hacerme feliz.
Marikiya. Por su forma de escribir, terrible pero encantadora, endiablada pero dulcem maravillosamente única. Por sus cortos y su firme activismo, sus manualidades y postres. Por todos sus comentarios impagables.
Byron. Por sus vibrantes conversaciones, profundos significados en pocas palabras. Por sus valiosos poemas y reflexiones. Por ser el único varón de esta lista en medio del grupo de seguidoras ;)
Anna. Por todo el cariño que me ha mostrado, por sus certámenes, por sus palabras de apoyo sincero. Por su incansable espíritu, aún cuando el mundo parezca conjurarse en su contra. Por sus magníficos escritos.
Mientrasleo. Por sus increíbles reseñas, redactadas con una maestría inigualable. Por su vasto conocimiento, siempre creándome preguntas sobre su, en mi opinión, increíble capacidad de poder leer tanto. Por sus múltiples y constantes comentarios, por sus halagos que tan hondo me han calado.
Teresa. Por su increíble capacidad para la escritura, sean relatos, poemas… Por estremecerme con cada entrada escrita, por todos los sentimientos volcados en sus textos. Y de nuevo, por sus comentarios que tanto han significado para mí.
Patricia. Por su frescura, sus profundas reflexiones. Por sus valiosos comentarios.
Noa. Por esa forma de escribir tan especial, tan única y radiante. Porque aún sin conocerla demasiado con sus comentarios se ha ganado mi gratitud
Mil gracias a todos vosotros (y de nuevo también vosotras) y al resto de personas que me ha leído o comentado, pues este rincón no habría sido lo mismo sin vuestra ayuda. Trataré de pasar por vuestros blogs, aun cuando sea de vez en cuando y en silencio. Quizás llegue el día en que esta transición finalice y, recuperadas mis alas de fuego vuelva a este lugar y de nuevo os ofrezca lo que siempre fue su objetivo: la vida vista a través de los ojos de un Fénix. Pero de momento La Mirada del Ave Fénix se mantendrá apagada. Por cuánto, eso el tiempo lo dirá.
Que nunca perdáis el espíritu del Fénix que anida en todos nosotros. Os deseo lo mejor.
Adios.
